Diseño y Lenguaje

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Conectar para comunicar.

Cuando creamos una marca y desarrollamos los elementos de su identidad, a menudo buscamos un fuerte impacto visual, que proyecte la esencia del concepto que hemos construido. Sin embargo, como sabemos, es fundamental considerar también otro tipo de criterios, desde el aspecto comunicativo, hasta el estratégico.

¿Pero cómo asegurarnos de que estamos teniendo en cuenta los diferentes aspectos relevantes que ayudan a crear un branding más eficiente? ¿Cómo saber si estamos utilizando criterios adecuados y estratégicos para crear marcas más coherentes y consistentes?

Un elemento que puede ayudarnos a ver nuestro trabajo desde otra perspectiva es la sinergia. La sinergia es como se le llama a la acción conjunta de los diferentes elementos que componen la identidad de la marca, tanto en el aspecto visuales como en otras áreas comunicativas. Cuando los elementos de una identidad poseen sinergia entre sí, se potencian unos a otros, relacionándose de manera eficiente, lo que ayuda no solo a transmitir mejor el concepto, sino hacerlo de forma más eficiente.

Muchas veces hemos oído la frase “el todo es más que la suma de las partes”. Esta premisa se refiere precisamente a la sinergia: cuando los elementos de una marca operan en conjunto, deben comunicar más de lo que transmiten de manera aislada. Veamos el caso de un logo, por ejemplo. Un logo no puede ser analizado de manera aislada para determinar su funcionalidad. Si nos limitamos a analizar solo el logo, podemos apreciar su valor estético, pero no su valor funcional, pues es parte de un sistema más grande y es su relación con ese sistema lo que hace que funcione o no. 

De la misma manera, cada uno de los demás elementos conforma parte de la marca, y aunque deben ser desarrollados de manera individual, no podemos nunca perder de perspectiva su funcionamiento colectivo. Es justamente por eso que resulta fundamental tenerlos en cuenta durante el proceso creativo. Ignorar elementos como el lenguaje de marca, el clima fotográfico o los signos de identidad audiovisual puede generar que no encajen correctamente en el sistema, lo cual limita la eficiencia de la marca a nivel comunicativo.

Para profundizar más en este concepto, veamos una serie de ejemplos acerca de cómo podemos lograr diferentes resultados empleando elementos similares.

En este primer caso, podemos ver cómo, partiendo de elementos similares, hemos logrado comunicar mensajes distintos. Ambos ejemplos mantienen como base un mismo contenido: una frase, un gradiente y una paleta de colores cálidos, pero ambos comunican ideas muy distintas, pues su forma es diferente. Podemos ver que los elementos tienen sinergia entre sí y es justamente esa sinergia, ese valor añadido, lo que diferencia los mensajes. En el primer caso, el estilo tipográfico y la intensidad cromática hacen que el mensaje posea un tono inquietante y perturbador, mientras que en el segundo, el tono es más bien romántico y sugerente.

En este segundo caso, podemos ver cómo, a partir de un mismo contenido y utilizando los mismos recursos visuales, podemos transmitir un tono comunicativo muy diferente. El único cambio entre el primer ejemplo y el segundo se da en el tipo de lenguaje que se utiliza. Una vez más, la sinergia entre los elementos es la que marca la diferencia. En ambos casos el gradiente de colores fríos nos remite a la idea de velocidad y movimiento, pero en el segundo ejemplo, el lenguaje de marca posee sinergia con los elementos visuales, lo que ayuda a reforzar esa sensación.

Veamos ahora un último caso, en el que tenemos el mismo contenido, el mismo lenguaje de marca y los mismos elementos, pero donde solo cambiamos la forma a través de la organización de los elementos en la pieza. También aquí podemos ver resultados distintos en un ejemplo y otro. Mientras que el primer ejemplo es más ordenado y mantiene una estructura más típica, el segundo subvierte ese orden de lectura por uno ligeramente más innovador y moderno, lo cual se asocia mejor al contenido del mensaje. 

Como podemos ver, en todos estos ejemplos la sinergia juega un rol vital para decidir cuál opción es la que mejor se ajusta a nuestras necesidades comunicativas, a nuestra estrategia y a nuestro concepto.

Siempre debemos recordar que el branding no es un proceso de fórmulas matemáticas, sino de criterio, interpretación y pensamiento estratégico. Por ello, conocer los conceptos que marcan la diferencia entre las diferentes maneras de transmitir un mensaje, nos ayuda a construir marcas más sólidas y mejor sustentadas.

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